18/02/10

Cunado los animales atacan

La zoofobia es definida por el diccionario como un “persistente, anormal e injustificado miedo a los animales.” Este temor, puede reducirse al desprecio en general por los animales, o manifestarse violentamente por tan sólo alguno de cierto tipo o especie. A pesar de lo familiar que nos resultan estos seres y la consecuente convivencia con ellos, este miedo es común en muchos de nosotros, sobre todo, en etapas infantiles. Sin embargo y por razones varias, estos temores llegan, a veces con menor intensidad, pero finalmente constantes, hasta la edad adulta. Haciéndose de manera irrefutable, nuestros inseparables compañeros.
De igual significado, pero con distinto nombre, Enrique Serna, escribe en 1995 una novela de corte policial, aunque bien podría pasar por un análisis de la fauna urbano-política en México, llamada: Miedo a los Animales. En ella Evaristo Reyes, protagonista de la obra, nos lleva por los ecosistemas más podridos de la política mexicana: la policía judicial y uno tal vez no tan contemplado -aunque no por ello, menos oloroso- la cultura. En el viaje por estos pantanosos lugares, el personaje principal realiza una descripción de la flora, pero sobre todo de sus habitantes de forma minuciosa y no siempre agradable cuando identificamos nuestra especie.
El ser humano, también homo videns, ludens, o simplemente vicioso, se vuelve el centro de la investigación de Serna, para a través de los distintos personajes explorar sus más bajos instintos. Una vez que estos afloran en la línea narrativa, la lucha encarnizada por el poder y la verdad se inicia. Dejando claro de antemano, que sólo aquel que siga las reglas biológicas, ya sea el más fuerte o el mejor adaptado, logrará sobrevivir.
Así la historia de Evaristo se desarrolla con un lenguaje simple, pero cargado de imágenes que permiten tener una lectura fluida e interesante como la vida ficticia de este personaje. Periodista frustrado, animal de baja calaña, Reyes, debe desentrañar de lo más profundo del paisaje, el misterio que envuelve al asesino de un periodista. Una víctima de los animales que nos acompañan a todos, como parte de nuestros instintos más humanos: las pasiones.
En este entramado de emociones vicerales, mentiras y apariencias, los mundos aparentemente separados de la policía y la cultura, se vuelven un solo ecosistema que forma al planeta tierra mexicano. Desde antros de mala muerte, donde las prostitutas se vuelven ángeles protectores, hasta las casas de las Lomas, donde los intelectuales resultan poco menos que lobos esteparios; Evaristo termina por comprender que los animales no siempre son lo que parecen, y desde luego tampoco son los que suponemos.
Así, se configura un zoo humano, donde cualquier parecido con la realidad es mera y absoluta coincidencia, o mejor dicho, consecuencia de las acciones que los caracterizan. De esta forma, cuando los animales de este tipo atacan, dejan entrever un miedo a las frustraciones, temores y amenazas más humanas, haciéndolos vulnerables de sus propios errores, pero sobre todo de sus miedos, envidias y frustraciones más ocultas.
Este miedo, que nace de lo más profundo de nuestro ser, ya sea por los animales que se nos parecen o simple zoofobia, como cualquier otro trastorno de este tipo, puede causar diferentes sintomatologías. Éstas, pueden presentarse por ejemplo, como taquicardia, ansiedad, sudoración de manos etc. en aquellos que padecen estos temores y los sufren. Así mismo, la novela puede provocarnos estas mismas reacciones, entre otras aún más fuertes, mientras recorremos el paisaje hasta un desenlace inesperado.
Lo anterior, derivado de una reflexión conciente de lo que muchas veces, ya sea por un romanticismo ingenuo, o un idealismo estúpido, nos negamos a admitir. Disfrazando de esta forma, con poesía y causas sociales, el olor pantanoso de la muerte, después de un ataque. La zoofobia, entonces, se vuelve nuestra compañera inseparable, ya modificada por las nuevas implicaciones. Y es que ¿cómo no temerle a una especie cuyas metamorfosis tardan segundos, y además son reversibles?
“Miedo a los animales” de Enrique Serna, fue reeditada por editorial De Bolsillo en 2008, volviendo después de un largo período de escasez, a encontrarse en los estantes de las librerías por poco menos de 100 pesos. Si usted encuentra este atractivo ejemplar, no dude en capturarlo.