01/08/08

Vampiros y libros

Cuando pienso en vampiros, mi fascinación es inmediata. No lo recordaba pero leyendo a Xavier Velasco, me di cuenta de que así como el terminó llamándose licántropo, y teniendo una morbosa obsesión por el hombre lobo, yo lo hice por los vampiros. Todo esto a partir de una fantasía recurrente y angustiosa de la infancia. Cuando yo era muy pequeña, antes de dormir, en lugar de arrullarme con cuentos de hadas, pensaba en la estrategia más lógica para huir del vampiro, que ‘yo sabía’ llegaría en cualquier noche dispuesto a comerme. Más allá de ocasionarme miedo, la idea del agresor, me producía una angustia intelectual, que se traducía en los planes más disparatados para ocultarme o huir de tan grave depredador. Al crecer, esta costumbre si diluyo hasta llegar al olvido. Sin embargo, al llegar mis 12 años, todo se repitió de manera distinta, después de leer a Edgar Allan Poe, Becker y demás literatura romántica y gótica, donde este personaje es un tanto recurrente, el vampiro, poco a poco salió a la superficie conciente y nuevamente comenzó ocupar mis noches. Esta vez, desde luego, no planeaba lógicas rutinas de escape, sino de encuentro.

Fue así como para los 14 conocí a Anne Rice. Su mundo, lleno de vampiros atormentados por los sentimientos más humanos, me llenó y me fascinaron como los planes de antaño. Ahí, quedé enamorada de la cadencia literaria de la autora y fue así como llegué a leer en los años venideros los 32 libros escritos por la ella. Todos, sobre el tema de vampiros, fantasmas, brujas e historia de Nueva Orleans, finamente mezclados en un cocktail que me sabía a gloria con cada adquisición. Después la Sra. Rice, se convirtió al cristianismo y puso todo su empeño en alabar a Jesús, así que no he leído nada de ella en un buen tiempo. Fue así como buscando una especie de sustitución de esta obsesión mía por leer respecto a mi tema favorito, el libro ‘Crepúsculo’ de Stephenie Meyer llegó a mis manos, obsequiado por mi Caballero.

Cuando comencé a leerlo me reí mucho, Crepúsculo es una novela muy ligera y de tintes absurdamente romanticoides (en el sentido comercial de la palabra). Es un libro digerible, predecible y la verdad poco original, pero infinitamente divertido. Sin hacer spoilers de ningún tipo, puedo decirles que este libro sería un equivalente del Harry Potter pero para los amantes de los vampiros en su versión light. La autora toma un poco de todos los estilos de escritura respecto al tema, para mostrar un ‘estilo’ que en realidad, es un collage de los demás, planteando situaciones meramente cotidianas en un libro obviamente escrito para adolescentes. En otras palabras. Un best seller.

Para ser más específica puedo mencionar que los atributos de los vampiros que propone, son una mezcla de Rice con el salvajismo de algunos clanes de Vampire The Mascarade, descritos con un tinte de la película de Underworld. Por otra parte la personalidad del vampiro Edward tiene mucho de la de Lestat, ‘el príncipe malcriado’ de Rice. Edward, tiene la arrogancia, perfección, malicia, picardía, y belleza anonadadora de Lestat, bueno es casi una copia salvo por una cosa, Edward es bueno y está verdaderamente enamorado y no tiene la manipulación a veces fatídica y caprichosa del conde de Lioncourt; así Edward Cullen es un Lestat, digámoslo, inocentón que combina perfecto con la protagonista la inocente y tonta Bella. [Como toda princesa de cuento de hadas] Bella, por su parte es una combinación entre la personalidad insegura y media estúpida de Mildred Embrollo, de la ‘Bruja desastrosa’, con la visión un tanto madura y seca de Daria Morgendorffer, lo cual le da al personaje una calidez que Daria no tiene y un atributo de inteligencia del que Mildred, desde luego no goza.

La línea de la novela es simple una adolescente promedio acosada por los problemas de la edad cae enamorada de un vampiro maravillosamente seductor, que sustituye al chico malo y grunge del que te enamoras en preparatoria, pero es aún mejor por que además es elegante y maduro (bueno después de 100 años de edad quién no?) él, a su vez se enamora y cae en el conflicto de poner a su amada en peligro, tentado siempre no sólo de saborearla sino de convertirla en vampiro, lo que lo vuelve un amor insoportable, y sobre todo imposible como ‘el amor de verdad’ a esa edad…jajajaja

La historia se desliza por caminos predecibles, aún así la estructura está lo suficientemente definida para que disfrutes las acciones, los problemas y llegando a crear algo de tensión en el lector. La estructura, así como la narrativa es la más simple y básica, sin embargo como buen libro comercial, el final deja abierta la puerta para los libros venideros.

Definitivamente es un libro leíble, hasta recomendable para aquellos quienes gustan de novelas de amor en situaciones ‘poco convencionales’ y que no están iniciados en estas cosas de la lectura Gótica y romántica seria, ya saben Goethe, Poe, que se yo, o que de plano no les interesa leer algo profundo o que los haga pensar demasiado.

Respondiendo a una declaración que leí donde dice que esta mujer es una especie de nueva Anne Rice, sólo diré una cosa: acaso quien escribió eso jamás leyó a Rice? Definitivamente un buen libro para pasar un domingo por la tarde, sin mucho que hacer y si no quieres entrar en elucubraciones bizarras. Para algo más serio creo que la Historiadora de Kostova es un tanto más amigable con el lector intelectual, aunque decae algunas veces en la estructura. La reina definitiva sigue siendo Rice, tal vez por que para ella los vampiros sólo eran el pretexto de un libro que abordaba básicamente problemas filosóficos y éticos ampliamente humanos y complejos, y cuyas descripciones de la historia y contexto nada tienen que ver con el amor contemporáneo que Crepúsculo intenta vender.

Bueno ahora ya saben… si quieren leerlo o no, es su decisión…

1 comentario:

neto dijo...

Es un libro entretenido, pero no lo llamaría un "nuevo clásico". Vamos, ni siquiera lo pondría como exponente de la literatura vampírica. Sólo un librito dominguero.